Aquello era una locura, pero era tan solo una más que añadir a la lista. Desactivar el campo de éxtasis provocaría que todas las criaturas despertasen, pero también les daría la oportunidad de llegar al elevador por el que podrían escapar todos. Aquella era una apuesta de todo o nada, si las criaturas se recuperaban rápidamente del éxtasis, entonces todo estaría perdido. ¿Les sonreiría por fin la dama fortuna?
Cody, Xiana y Anisa no estaban precisamente en muy buen estado. Ambas mujeres estaban agotadas y Cody apenas podía moverse y mucho menos combatir. Aunque por la cabeza de Jony no pasó ni por un instante el mero hecho de abandonarlo. Tal vez fuese un droide, uno realmente antiguo, pero era su amigo.
Todos se miraron una última vez, en sus rostros se podía ver reflejado el dolor y el cansancio. Pues pese haberse mantenido alejados de las garras de las criaturas, habían recibido rasguños y golpes al esquivar y chocar contra las paredes o incluso, contra las propias criaturas. Eran heridas sin importancia, pero que escocían y que se sumaban al agotamiento que sentían.
El avance no sería rápido, lo cual jugaba en su contra. Aquel podía ser seguramente su último combate y de ser así, lo afrontarían con coraje y lo que era más importante aún, juntos.
Joni desactivó el campo de éxtasis dejando así libre el paso hasta la gran plataforma. Avanzando en formación, comenzaron a recorrer los primeros metros sin que nada sucediese. Aquello les otorgó un pequeño rayo de esperanza, no duró demasiado.
Impulsados por la voluntad del lord Sith, las criaturas cobraron vida de golpe y pese a que aún no eran tan rápidas ni tan letales debido a los efectos del éxtasis, su apabullante número les otorgaba la victoria absoluta. La sonda, la cual estaba programada para cumplir las órdenes de Tyria, comenzó a disparar. Concentró el fuego abriendo paso a los héroes, mientras que el resto trataba acabar con las criaturas que comenzaban a llegar en oleadas.
Si la anterior lucha fue desesperada, aquella se tornó en un verdadero infierno. Los heridos no les permitían avanzar con rapidez y las bestias, guiadas por la voluntad del Sith, centraban todos sus esfuerzos en acabar con Xiana y Anisa. Kirby se mantenía junto a Jony, mientras que Ibram lo hacía de Tyria.
La única oportunidad que tenían de sobrevivir sería dejando atrás a los heridos, pero ninguno lo haría. El lord Sith había hecho su movimiento final y simplemente, había ganado. Las armas escupieron blaster dejando decenas de criaturas muertas, pero su número parecía ilimitado. Donde una caída, dos más se alzaban. Enfrentarse a ellas era como desafiar a la propias olas del mar.
¡Bleep, bleeep, bleeeep!Los pitidos casi fueron ignorados por los héroes, pues el sonido de los disparos y los rugidos de las criaturas lo cubrían todo. Pero aquel sonido no paso desapercibido para Joni ¡era su fiel compañero droide!
El droide astromecánico aterrizó sobre una de las criaturas a la vez que mostrando todas las herramientas que portaba, comenzó a pinchar o quemar con el soplete a las bestias. El droide soltó nuevos pitidos en algo que se podía traducir cómo: ¿No te cansas de que tenga que salvarte siempre?
En el mayor momento de desesperación, cuando todo parecía perdido, el pequeño droide había aparecido de la nada. No es que su presencia supusiese realmente ningún cambio, pero no venía solo.
-¡FUEEEEEEEEEEEEEEEEEGOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!Ibram reconoció al voz de los gemelos, que armados hasta los dientes, estaban usando un lanzador de misiles para despejar parte del camino.
-¡Ya nos matarás después, jefe! ¡Pero si ellos venían, nosotros no íbamos a quedarnos atrás, ja!Varias granadas cayeron alrededor de los héroes, pero a suficiente distancia como para que no sufriesen daño alguno. Acto seguido, la unidad Zillo al completo descendió al campo de batalla. Los hermanos de Tyria habían regresado.
Joan y los gemelos se encontraban en las alturas de la caverna haciendo fuego de supresión contra todo lo que se movía. La hermosa pero letal Chiss no estaba lejos de ellos, por cada disparo que efectuaba con su rifle de precisión un enemigo caía abatido.
Kilan cayó junto a Tyria, el visor del mandaloriano se volvió hacia ella durante unos instantes. Después la arrojó un blaster y comenzó a disparar. Tyrrek se posicionó frente a Joni y Kirby, sus armas no paraban de disparar pero logró sacar unos instantes para arrojarles nuevas armas con las que defenderse.
Ibram por su parte también recibió nuevos juguetes con los que defenderse. Las bestias ya no tenían nada que hacer para atravesar la cortina de fuego y destrucción que entre todos estaban extendiendo. Por lo que poca a poco, se retiraron hasta la plataforma.
La muerte les había reclamado, pero una vez más, se habían burlado de ella. La unidad Zillo había decidido regresar y los hombres de Ibram, en lugar de detenerlos, se habían apuntado a la fiesta. Más tarde se podría enfadar con ellos, pero al menos, tendrían un nuevo día.
Eufóricos ahora al ver cómo la situación se había inclinado a su favor, los héroes se abrieron paso por la superficie del planeta acabando con las criaturas que se cruzaban en su camino, hasta que finalmente lograron llegar a las naves para evacuar del planeta.
En una de ellas, gravemente herido, se encontraba el experto en combate cuerpo a cuerpo de Ibram. Los gemelos habían logrado dar con él, aunque seguramente perdería ambas piernas. Nada que unas buenas prótesis no pudiese solucionar.